Renuncia: Esta es una historia ficticia en la que no se pretende cuestionar ningún precepto de índole religioso ni mitológico.
Agradecimiento: A mi padre, a mi novio y a mis amigos por vivir queriendo ser sabios, no sabiondos.
Dedicatoria: A toda persona que desee ver algo diferente de todo lo que ha visto y oído.
Capitulum III: Aperite portas
El tiempo es relativo para los seres que no se manifiestan corporalmente. Por lo que esta historia pudo haber sucedido hace millones de millones de años atrás. Hasta el tiempo resulta ser una medida inútil ante la materia*.
Pero los Elohim de cada verso siempre tratan de guiar la luz como se debe.
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Los demonios son 50/50 de luz y oscuridad, respectivamente. Es decir, espíritus puros por su equilibrio ante la Ley Natural.
Y Elohim los visita para saber si alguno quiere formar parte del séquito del Cielo. La mayoría no acepta, porque son en su mayoría hijos de la Tenebrae y no es una madre fácil de dejar.
Las hadas son almas que alcanzaron grandes objetivos, sin un propósito definido, por lo que tienen una afinidad tanto con la luz como con la oscuridad. Son una variante particular de fantasmas.
Ellas viven en el infierno, cerca de las puertas al cielo, para mantenerlas felices, porque ellas solo llevan un sentimiento en su corazón*, a la vez. Y este puede ser nublado fácilmente por su propia oscuridad.
Los ángeles son 75/25 de luz y oscuridad, respectivamente. Son esencias impuras.
Necesitan constantemente moverse en la Tenebrae para mantenerse activos. La oscuridad tiende a re-absorberse y es más sencillo cuando el sujeto va hacia ella por voluntad propia. Teóricamente. Además, dentro de este sistema, por cada alma transportada hacia su esencia, deben absorber la tenebrae del alma antes de cruzar al infierno, sino, se convierte en un hada, dependiendo de la luz que le quede o en un fantasma, si se ha agotado la luz en su interior.
Los ángeles tienen una existencia de mucho movimiento porque suelen llevar mensajes entre los Caelestis. Todos llevan un arma considerada "blanca" dentro de los estándares que los humanos conocen porque no siempre son recibidos de buena gana tanto por demonios como por hadas.
Además, la tenebrae no crece con las malas acciones. Irónicamente, se agiganta con los pensamientos y palabras entorno a las acciones. Las acciones son decisiones en marcha; la decisión es una idea dentro de un conjunto de opciones. Por tanto, por cada decisión tomada o abortada, el alma acumula tenebrae. Pero la luz se agota con el paso del tiempo en el cuerpo contenedor. Es decir, un bebé nace con una gran fuente de luz, pero, cuando rechaza el seno, va guardando oscuridad por el simple hecho de no tomarlo. La luz se mantiene intacta porque estos elementos no se tocan, pero, ya existe tenebrae.
Y por último: las almas o los pecados. Muy por el contrario de lo que se piensa, los pecados son 100% luz, con tendencia a disminuir por cuanta tenebrae genere un alma. Esta luz se junta, por porciones, a las reservas de luz de cada individuo o mejor conocido como espíritu.
Por eso es importante que cuando muera un ser vivo, un ángel tome su alma. Caso contrario, ésta no llega a reencontrarse con los pecados y cada uno de estos elementos se convierten en fantasmas por separado.
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- ¿Entienden lo importante que es su posición?
Nadie nace sabiendo, dicen. Y esto aplica en el Octavo Caelum*. En este tiempo, la esfera de la derecha que forma parte de Elohim no había decidido descender* y apenas el Caelestis 5-972E30-149600-K* empezaba a desarrolla seres unicelulares.
En el espacio dimensional entre Lux y Tenebrae ya habían jerarquías y en este punto, por encima de los ángeles, los arcángeles están encargados de educar a los brotes de esencias que abrazaron la luz.
- Espero que sabiendo de donde vienen, tengan claro a dónde van. Ser un ángel implica obediencia, sacrificio y por sobre todo, Lealtad.
Uriel, el primer arcángel*, terminó su discurso y en un haz de luz, desapareció.
Los ángeles empezaban a segregarse y juntarse en pequeños grupos, como las, en un futuro llamadas, constelaciones. La mayoría ya sabían el discurso de su superior, sin embargo, ponían en práctica justamente la parte final del discurso, más aún sabiendo que parte de ellos resguarda oscuridad aún.
De repente, a cada grupo, un haz de color rojo los marcó y se desvaneció al instante.
Cada agrupación escogía a uno de los suyos para tocar el mensaje dejado por aquel haz rojo. Entonces...:
- ¡Tenemos una misión!
Se sabía en todo el cielo que había un ángel con voz potente que anunciaba todo lo que ocurría con su círculo. Ese era Gavriel.
De cabellos tostados al sol, ojos oscuro y piel bronceada por la velocidad a la que se transportaba y un par de alas que cubrían su cuerpo cual gabardina nívea.
- ¡¿Me están oyendo?!
Por lo que Uriel tuvo que regresar y presentarse ante aquel sobre-excitado ente y sus 3 compañeros: Mijael, Rapael y Azrael.
- Tranquilidad. - dijo Uriel - ¡Hasta el infierno te escuchó! - Mijael y el resto rieron un poco.
- Es que quiero que sepan que Elohim la asignó y...
- Pero el asigna las misiones a todos. Y siempre tiene una razón para ello.
Uriel, al oír esa voz, volteó y se sorprendió de la presencia. El querubín más cercano a Elohim había estado escuchando. La gracil esencia tenía por nombre:
- ¡Guau! ¡Luzbel! - Gavriel desbordaba dicha - ¡Mira, mira! - muestra un pergamino - Es la orden. Iremos a un Caelestis.
- Es impresionante. Procuren no pelear. Ustedes son mensajeros*. - se queda viendo a Azrael - Por cierto: interesante objeto.
Luzbel se había quedado viendo el cayado que permanecía cerca de Azrael.
A diferencia del resto de ángeles, el no utilizaba armas blancas. El cayado, para los humanos, cuando estos ya tuvieran consciencia y razocinio, era el símbolo del guía, el primer caminante de la caravana.
- ¡Ah! ¿Esto? Me lo regaló un caminante de un Caelestis con esa misma inclinación. La última alma* que recogí me la regaló. Luego, tome por un rato su cuerpo y ayudé a sus compañeros a terminar la travesía*, antes de que notaran que su amigo ya no estaba.
- ¿Y hacer eso era parte de tu misión? - todo se resumía a eso: Obediencia.
- Cuando Elohim me entregó la misión, dijo que debía procurar que el alma lograra hacer su encargo y que la recogiera sólo si el cuerpo se encontraba dando las últimas señales. Así que, es mi forma de cumplir la orden.
La respuesta dejó satisfechos tanto al instructor como al interrogador. Para Luzbel, había algo en ese ángel que lo hacía una esencia única.
Quién diría que esa apreciación le significaría no ser eliminado en el futuro...
- Fin Capitulum -
Notas:
*: Referencia a las Leyes Físicas de la Materia.
*: Referencia al cuento de "Peter Pan", de J. M. Barrie.
*: Referencia a los 9 cielos de "La Divina Comedia", por Dante Alighieri.
*: Referencia en cubierta del Mesías, mencionada en la Biblia - no hay intención de ahondar en el tema.
*: Referencias a masa y superficie del planeta Tierra.
*: Para recalcar la etimología de su nombre: "Dios es mi luz"; por lo que, se supondría, es mayor a los ángeles y/o arcángeles conocidos.
*: Referencia a la etimología griega de "ángel".
*: En esta historia, ellos no ven "los cuerpos" sino las almas, directamente.
*: Muchas personas fallecidas de manera repentina, horas antes de morir, suelen presentar hiperactividad, por lo que, esto sería una especie de favor especial por parte de los ángeles el poder dar una última buena impresión.
- Fin Notas -
Gracias por leer.
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