Renuncia: Esta es una historia ficticia en la que no se pretende cuestionar ningún precepto de índole religioso ni mitológico.
Agradecimiento: A mi padre, a mi novio y a mis amigos por vivir queriendo ser sabios, no sabiondos.
Dedicatoria: A toda persona que desee ver algo diferente de todo lo que ha visto y oído.
Capitulum IV: Lucerna splendens procedit, dum consumpta est.
Veo mucha claridad. Me escocen los ojos de tanto destello. Y puedo oír un sonido.
- Serás Azrael.
¿Azrael? ¿Es a mí a quien hablan? ¿Soy Azrael?
- Has nacido como un ángel. Ahora ¡mírame!
Te miro, no se que eres y porqué brillas tanto, pero te miro.
- Soy "Elohim". La luz que te ha dado vida. Estás abrumado y no sabes cómo expresarlo, pero no te preocupes y sólo levántate y sígueme. Debes decidir tu camino.
Al parecer, soy un ángel y él es mi superior y padre. ¿Qué se supone que debo hacer?
- Azrael, di "A".
- "A".
- Azrael, cuando comprendes algo, dices "Si". Repite.
- "Sí".
- Cuando no comprendes algo, dices "No". Dilo.
- Si: "No".
- ¿Ves lo que tengo aquí? Esta es mi mano derecha y esta es mi mano izquierda.
- Sí.
- Así como estoy, significa que me encuentro "frente a ti". Y me volteo así, lo que ves es mi espalda y así yo estoy "frente a" otra cosa.
- Sí.
- Perfecto.
Quiere comprenderme y que lo comprenda... Nos necesitamos. Yo más que él.*
- Lo que ves y te está cegando, es el Caelum, y has sido creado en el Nonus Caelo.
- Sí.
- Has tomado, por naturaleza, la forma del un ángel. Parte de ti, está lleno de Lux, pero sin la oscuridad, los espacios no estarían completos, por tanto, tienes Tenebrae en tu interior.
- Sí.
- Pero la Tenebrae solo crece con las decisiones no tomadas. Por tanto, y en este instante, va a crecer tu Tenebrae hasta tener el tamaño de un puño.
El espera algo de mí, y si entendí bien, habrá algo en mi que no brille.
- Sí.
Me acaba de detener y frente a nosotros hay 2 cosas raras.
- Azrael, te presento la existencia que tendrás. A mi mano derecha, están los 8 Caeli restantes. A mi mano izquierda, está el Infernum*. Tu existencia consistirá en luchar, cumplir misiones, rescatar almas y controlar a los Daemon* y las Praedictas Fatales*, en el Infernum. Estarás bajo el mando de los Throni* y el resto de la orden Angelical. Lo que te ofrezco es el Octo Caelo, con los Seraphim* y Cherubim*, sirviéndome directamente.
¿Rescatar almas? ¿Qué son esas cosas? Lo demás que dijo no me llamó la atención. Creo saber que responder.
- Infernum. Sí.
Desde ese momento, inició mi preparación.
- ¡Azrael! - Mi Superior, Uriel.
- ¡Sí! - voy hasta él.
- Ya es tiempo de que escojas tu arma. - no sé si fueron días o siglos los que se ha tomado para entrenarme pero los ángeles no sólo somos emisarios: también somos guerreros. - Es importante para tu formación saber qué arma te servirá. Recuerda: aunque seamos enviados a reclutar demonios y hadas para que sean purificados, es muy probable que se niegue con fervor y es una falta grave el dejar perder la luz de nuestra esencia sin luchar*. ¿Lo entiendes?
Es una pregunta muy común aquí. Debe ser por lo difícil que es mantener en equilibrio la cantidad de luz y oscuridad que podemos cargar.
- Sí.
Hemos llegados a un gran espacio donde las armas se encuentran enfiladas. Solo veo una de cada tipo, pero aquí, nada es lo que parece. Y me doy la razón cuando un compañero mío toma una de ellas y automáticamente aparece otra del mismo tipo, en el mismo lugar.
No cabe duda que el Caelum es un lugar interesante.
- ¿Y bien? - Ha llegado mi turno. - ¿Cuál de todas vas a escoger? - No respondo; tengo que pensarlo. - Tómate tu tiempo. Tus compañeros seguirán.
Avanzo entre las armas y me fijo en dos varas. son del tamaño de mis brazos. No son tan impresionantes como las demás pero me da la sensación de seguridad que se supone deben darme.
Decido tomarlas y ante la vista incrédula de mi maestro, me retiro.
Logro escuchar unos murmullos, algo así como: "¿Con eso se defenderá?"; "él sabrá lo que hace".
No es que aquí no te pueden juzgar, es solo que...
Un compañero, hace tiempo, me había dicho: "si no sabes que arma tomar, toma la primera que te de la sensación de que es la extensión de algo de ti. No será segura, pero mientras creas que la puedes dominar, basta. Sino, puedes volver a escoger. Sólo... No te niegues."
Aquí, negarse a tomar un arma es lo mismo a negarse a tomar una decisión, por lo que, aquellos que lo hacen, son enviados a misiones de purificación. No sé en qué consisten, pero solo sé que: ellos siguen vivos, pero, no todos volvieron a la orden angelical.
Para los demás, soy raro. Sí, un ángel también puede ser raro. No me gusta levantar la mano si no es para orar; nunca ataco, solo me protejo durante los entrenamientos... No me malentiendan, no soy débil, no pueden derribarme, pero tampoco hacerme atacar. No sé porqué pero es como si estuviese guardando mis energías para algo...
Dejemos esto en que soy raro y elegí las armas más raras.
- ¡EQUIPO!
He llegado muy lejos... Soy parte de escuadrón de Uriel*. Mis alas se han desarrollado. No las tenía ¿sabían? Las tenemos que hacer crecer con nuestra obediencia, o sea, la luz generada por las acciones tomadas y la oscuridad les da forma, ya que tras una decisión tomada hay opciones que no se toman. Y de eso están formadas las alas de todos.
Según mis compañeros, mis alas son tan bonitas como las de los querubines. ¡Qué raro! Con eso me confirman siempre que lo soy. Soy el raro de todo el ejército.
- ¡Sí! - Estamos todos juntos alrededor de Uriel (ya podemos llamarlo sin honorífico)
- ¡Vayan por sus armas! He traído las misiones que tendrán ahora.
Cargo mis varas escondidas a los lados de mis tobillos así que no tardo mucho en estar listo y ser uno de los primeros en la asignación.
- Azrael: Debes ir al siguiente punto del Versus 13-7-0-2-10-9, en este Caelestis las almas han evolucionado un poco y tienen consciencia de sus existencias, por lo que tu misión es tomar el alma del líder, no sin antes que este sea reconocido por cumplir su actual objetivo el cual es llevar a los suyos a un espacio seguro para aguardar. ¿Entendido?
No sé como cumplir todo ello sin que se cause alboroto por la toma de su alma, pero, aquí lo que cuenta es que yo siempre diga:
- ¡Sí! - y me retiro a cumplir mi misión.
Les diré cómo se llega a cualquier versus desde aquí: Primero, bajas todos los Caeli, luego traspasas las capas del Limbo - un lugar muy ocupado, casi siempre lleno de fantasmas y de hadas que suelen ser inofensivas en este lugar; luego, cruzas el Infernum. En este punto, las alas son muy útiles pues no puedes mostrarte con tu resplandor aquí, o matarías a las almas que por error te llegasen a mirar.
Algunos de mis compañeros no le dan importancia a eso... A mi me importa, no sé porqué, pero no soporto saber que hay almas perdidas en ese lugar queriendo resarcirse de todo...
El camino es casi nada para los que aparecemos en este lugar.
Cuando me doy cuenta, estoy ya en el Caelestis asignado. Veo a esas almas aprendiendo a domar a las más luminosas... Es cierto, a quienes vengo a observar se les llamará "Homo erectus" unos millones de años después, según otro de mis compañeros, ya que el tiempo para nosotros no es tan relevante...
Encuentro al alma que debo recoger. Está totalmente desgastada y su oscuridad es mínima. De todo y todos los que lo acompañan, solo me llama la atención la vara larga de la que se está sosteniendo.
Se ve que su cuerpo tampoco aguantará por mucho más tiempo, pero sus compañeros necesitan de él.
Es aquí donde yo entro:
Primero me dejo ver, cuando se encuentra solo. Está asustado y quiere atacarme, pero como percibe mi calor como el de los refugios que suelen buscar para pasar la noche, deja de temer.
Por lo general, los superiores nos dicen que no debemos dejar que las almas rocen nuestras esencias o mezclaremos nuestra luz con ellos. Yo no temo hacerlo. Ellos no han dicho que sea malo, sólo que es para preservar nuestra propia luz. Quizás es por eso que Elohim dijo que los ángeles guardamos algo de oscuridad, porque no solo podemos abstenernos de alguna misión sino infectarnos de oscuridad ajena.
Nada que un periodo de purificación no pueda quitar.
Por eso, días después de presentarme ante él, veo su luz irse apagando. Como no puedo permitir que muera sin ser reconocido, es tiempo que mis habilidades sean útiles a la causa: tomo parte de mi luz y la implanto en la de su alma.
De repente, esa alma brilla más que nunca, tomando su vara e indicando en una comunicación muy primitiva que lo sigan. Y de hecho, es lo mejor que pudieron hacer, ya que horas después, un volcán reventó y la zona donde estaban acampando fue de entre las primeras que quedó en cenizas.
Cuando se encontraban asentados y protegidos, le brindaron algunas ofrendas de agradecimiento, las cuales se llevó a su propio refugio y mientras el cerraba sus ojos por última vez, él tomaba mi mano, de camino al Limbo.
- ¡¿Dónde estoy?! - ha recobrado la consciencia.
- Se llama "Limbo". - Me observa asustado. Me ha reconocido.
- ¡Tú!...
- Soy Azrael, y hoy que salvaste a los tuyos, has muerto.
Observa todo, como yo lo hice alguna vez.
- Pero... ¡Estaba bien! Me sentía más enérgico...
- Fui yo. Te di la oportunidad de terminar tu misión. Ahora, permíteme terminar la mía...
Es así como yo hago las cosas... No soy como los demás. Sólo soy Azrael, el compañero del último viaje.
Y antes de que esa alma vaya a su reencuentro consigo mismo...
- Oye, la vara que tenías...
- ¿Mi cayado?
- Cayado...
Al ver mis varas y juntarlas, supe, al fin, cual debía ser mi arma.
- Gracias y que logres encontrar tus piezas perdidas. - Me miró raro y decidió continuar hacia la puerta al Infernum.
Volví al salón de armas del Caelo y les pedí que fusionaran mis varas... Creo que les confirmé que era raro. Pero ahora me siento no solo bendecido, también, libre.
- Fin Capitulum -
Notas:
*: Referencia al significado de su nombre: "Dios es mi ayuda".
*: Significados respectivos => Infierno, en singular; Demonio, Hada, Trono, Serafín, Querubín, en plural (de estar en un error, se corregirá).
*: Se considera, dentro de los preceptos Católicos, el abandonarse a morir una falta tan grave como el asesinato y/o el suicidio.
*: Uriel es mayor a los ángeles y/o arcángeles conocidos.
El título del capítulo puede interpretarse como: La luz de una vela es más brillante antes de consumirse. Si no es así, es culpa de Google.
- Fin Notas -
Gracias por leer.
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