Este fic utiliza a los personajes de Hetalia, creados por Hidekaz Himaruya, por tanto no son míos. Los nombres de algunos de ellos me los inventé porque el creador no les ha dado un nombre concreto, así que si los veo en otro lado, si reclamaré. La ONU: la conoce todo el mundo; solo hay hechos ficticios y no gano dinero por escribir.
Sólo dejo fluir mi imaginación.
Tengo varios seudónimos en la red y el utilizado para este fic es el que creé para la comunidad hetaliana: AliceIggyKirkland.
Y sin más preámbulos:
TÍTULO: If you do not want him, he will be for me
Capítulo 8: Disheartened.
Después de cumplir con la agenda de visitas de intercambio cultural (para no decir turismo y recreación), Alice y Ludwig siguieron su "entrenamiento" durante las reuniones del G8 y las demás juntas internacionales.
El tudesco estaba dejando salir al animal pervertido que mantenía encerrado entre rutina y reglas. Por tanto, las salas de conferencia, baños "fuera de servicio", armarios de limpieza y otras salas eran testigos de las clases "particulares" de educación sexual que estaba recibiendo la nueva representante.
El turno era para la sala de conferencias del G8, en Québec, Canadá. El se arregla la camisa mientras ella se pone las pantimedias con cuidado.
- Te luciste, Captain. ¿Cómo convenció a Canada de entregarle las llaves de la sala?
- Hablé en persona con él, ayer. Le dije que quería cerciorarme del espacio y que necesitaba acoplarme al lugar para exponer.
- Definitivamente: Matthew es ingenuo. O es muy buena persona para pasar por alto tu mala excusa.
- No lo sé. No te quejaste antes... - La miró, algo pícaro, con las mejillas sonrosadas.
- Es posible que tengas razón. - Sonrió, ladina.
La situación estaba percibiéndose por parte de los países más "letrados" en materia de erotismo y cultura sexual. Claro, no sabían que la "bebé" de Arthur estaba involucrada, pero, el buen humor de Alemania no podía provenir de otra cosa que no sea el sexo.
- Mon ami Allemagne ¿cómo te ha tratado la vida en estos últimos días? - Preguntó con amabilidad en la voz y perversión en la mirada.
- Estoy bien. Gracias. Pero no me observes como salido. Pareces violador.
- Oh, pero que cosas dices... No soy ningún violador. Sólo doy amor al mundo.
- Ja. - Quería zafar pronto de su aliado en la UE. - Aparte de tu curiosidad por mi estado ¿quieres decirme algo más?
- Oh, no, mon amour. Sólo que te noto más relajado... Más radiante... - Beilschmidt no estaba leyendo las segundas intenciones de aquel cumplido.
- De hecho, he estado más despejado. He liberado mucha energía contenida.
- Oui? ¿Y cómo lo has logrado? ¿Prusse te ha enseñado algún método de entrenamiento efectivo?
En ese preciso instante, rememoró los encuentros con Reino Unido y el sonrojo se apoderó de su cara.
- Bueno, no es un método como tal, pero... En fin, tengo que hacer los preparativos para mañana. Quedó mucho pendiente gracias a Vereinigte Staaten von Amerika y sus ideas idiotas. Nos vemos, Frankreich.
Mientras tanto, Alfred y Alice tenían un pequeño cruce de palabras.
- Hello, United States.
- Hi, Ali. You did a good job. - El no la miraba al hablar. - El viejo debe estar muy contento contigo.
- Yes, I think. ¿Oye y vas a salir por ahí con Canada?
- With who? - Ella casi deja escapar un "face palm".
- Forget it. Estas muy ocupado. - Había notado lo rápido que estaba recogiendo sus cosas. - See you tomorrow.
- See ya. - Salió corriendo de la sala.
Esa interacción no pasó desapercibida por Francis y Ludwig.
- Ah... Ese idiota... - Suspira varias veces el francés. - ¿Cómo no ve que ella quiere llamar su atención?
Esas palabras afectaron al rubio fornido. Sin embargo, sólo observó con detenimiento a la chica.
"¿Será posible que a ella le guste el 'come-hamburguesas'?" Sólo Alice podía contestar aquello.
Antes de que el día acabara, todos estaban en el hotel. La falta de interés de Alice en quedarse con él, hizo que Ludwig ni lo sugiriera. Pero la duda planteada por el barbón borracho le taladraba la mente.
En cuanto a la rubia, por su mente pasaban todos los recuerdos que tenía con Alfred. Los bonitos y los que no lo eran tanto. Y luego, ése:
Bajo un árbol, afuera de la White House, Alice, de quince años, esperaba que el representante de los Estados Unidos de Norteamérica apareciera a responder su propuesta-confesión de amor.
Las horas pasaban y él no hacía acto de presencia. Hasta que la lluvia de finales de primavera empezó a caer en Washington D. C.
En sus brazos, iban perdiendo sus pétalos el ramo de rosas Tudor que quiso comprar para él, como ofrenda de su puro y sincero corazón.
Entonces, sus ojos imitaron a aquellas negras nubes que cubrían el cielo de la capital. Cayó de rodillas y abrazó tan fuerte el ramo que las espinas lograban tocar la piel de sus extremidades superiores y rozaban, peligrosamente, la tela sobre sus núbiles pechos.
Ese días... Ese triste día, juró superarse. Ser reconocida. Ganar terreno en aquel mundo de "adultos" en el que se movía su padre y haría comer tierra al que fue, en sueños, su Charming Prince.
Porfis, reviews (y más follows y favs, son lindos).
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