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| De: Fanpop |
Este fic utiliza a los personajes de Hetalia, creados por Hidekaz Himaruya, por tanto no son míos. Los nombres de algunos de ellos me los inventé porque el creador no les ha dado un nombre concreto, así que si los veo en otro lado, si reclamaré. El universo en que se desarrolla es el Gakuen Hetalia, todos como humanos, totalmente ajeno el argumento a los otros fics que estoy escribiendo. Ambientado en Berna, Suiza y no gano dinero por escribir.
Sólo dejo fluir mi imaginación.
Precuela de "Meine Heimliche Liebe". Fic de un sólo capítulo.
Tengo varios seudónimos en la red y el utilizado para este fic es el que creé para la comunidad hetaliana: AliceIggyKirkland.
En Fanfiction, este fic ya está bastante avanzado y fue dedicado a una lectora: Yue-black-in-the-Ai
Y sin más preámbulos:
TITULO: Mein kleiner Schatz
Kapitel 10 - Leugnung der Beweise
Las horas pasaban deprisa para la mayoría de los asistentes al baile, excepto para Emma. No era el centro de atención de su pareja y lo más trágico: Antonio estaba persiguiendo a un hombre.
"Emma está llorando. Me dijo que no podía más... Si hubiese sido por otra mujer, hasta pelearía, pero contra Lovino: ¡jamás! Me recalcó que era un fraude y que si no la sacaba de allí en aquel momento, mi secreto sería difundido ahí mismo.
Sentía que iba a morir... No quería que alguien se diera cuenta... Bueno... No, ya hubo alguien que se dio cuenta y no era Francis (aunque no estaba lejos de saberlo), sino Roderich. Ese tipo no se hacía de la vista gorda cuando se trata de mí, aunque creo que es normal. Después de todo, fui su primer... ¿novio? No sé como definir lo que tuvimos, a pesar de todo. Para él, fue una fase donde 'lo que sea que venga, está bien', pero no fue igual para mí. Yo descubrí mi homosexualidad, no tanto por mi interés en él, sino que me fijaba más en los hombres de cierto tipo y no dejaba de pensar sexualmente en ellos.
Soy bastante del tipo 'macho', sin ser musculoso y no me fijo mucho en mi aspecto personal, pero me gustan los 'penes'. Y al parecer, ya no puedo ocultarlo más".
- Esto es culpa de Lovino...
Mientras el drama se apoderaba de las notas del primer violín, cerca de la mesa de bocadillos, había otro drama por empezar.
- En serio, Ludwig, estoy bien así.
"Erika no se ve animada. Pensé que podríamos estar bailando un poco... Bueno, no es como si fuera yo un gran bailarín, pero, me siento incómodo con su poca participación. Empiezo a creer que aceptó mi invitación por hacer un favor. Lo cual no ayuda ni un poco a mi, ahora, baja autoestima."
- Erika: No querías venir conmigo ¿cierto? - La rubia quedó anonadada por la aseveración del alto.
- Eh... Yo... - El rostro del rubio se deformó en una inusual y profunda tristeza.
- Disculpa, debo salir un momento.
"Me siento tan mal... ¿Alguien notaría mis ganas de desaparecer? ¿De que la tierra me trague?
Apenas puse un pie fuera del auditorio, corrí directo a los baños del 'territorio BFT'. Dudo que mi hermano o sus amigos estén ahí.
Aunque..."
- Hasta que se salieron con la suya... - La voz de Ilona inundaba el área sanitaria.
- Hello?! Por supuesto que lo lograríamos, linda. Como que, no puedo estar en los rincones llorando por tu primo. Y Gilbert es un genio, o sea.
- Gracias, Dolly, pero ya lo sabía. - El albino desataba un poco su corbata. - Aunque el precio que he pagado ha sido algo alto ¿no te parece?
- ¡Ay! Tu hermano, como que, debe aprender a leer la vibra, querido. El creyó que tu y yo... O sea... - Rodó los ojos y movió hacia un lado su cabello. - Querido, contigo, todo bien, pero, al final del día, no eres, ni de cerca, mi tipo.
- Ni tú del mío. - Eso puso peor al más joven de los Beilschmidt. - Pero, que piense lo que quiera.
- Esa es la actitud, cariño. Vamos, los tres, a bailar. - Tomó a su amiga y a su cómplice, de las manos. - ¿Notaron a Lovino Vargas? Toca di-vi-no el violín. ¡Me encanta! - Y así los arrastró fuera de los baños, ignorando al joven rubio escondido, torpemente, cerca de la puerta.
"Ahora, le debo una gran disculpa a mi hermano. El fue inocente aquella vez y yo lo juzgué sin darle oportunidad. No creo resistir más la tristeza. Y mis ojos ya actúan solos: estoy llorando, arrinconado en una esquina de aquella habitación sanitaria."
/ En casa de los Vargas, esa noche /
"Decidí salir a tomar aire. No quise ir al baile, aunque me insistieron mis amigos. Sólo mi mellizo sabía porqué no quería asistir. No me siento preparado para ver a Ludwig junto a ninguna chica.
Creo que estoy tan centrado en el asunto que he llegado, sin querer, a la academia. Entonces, decido echar un vistazo a algunas partes a las que no suelo ir cuando estoy en clase.
Primero, el área de 'la Guerra Fría'. Es toda el área norte de la escuela. Braginsky y Jones viven peleando el liderato del lugar. Aunque sea la más amplia, la mayor parte de la infraestructura corresponde a las bodegas y laboratorios de la escuela. Por esa misma razón, ellos comandan el club de Ciencia.
Segundo, el área controlada por el Concejo Estudiantil. No es que ellos no tengan poder, pero, si sus miembros controlan los clubs más destacados de la academia, entonces forman parte de su 'territorio'. La mayoría tiene sus salones en la zona central de la academia.
Por último, el BTF. Es la zona sur-oriental de la escuela. Esta incluye el gimnasio y los baños de hombre de esa área. La comanda el hermano de Ludo..."
- Mi Ludo... - Recorrió la escuela hasta los baños 'BTF'. En eso, oye el eco de un gorgoteo, como si de llanto se tratara. - ¡Wa! ¡¿Qui-quién anda ahí?!
"¡Scheiße! Alguien entró. ¿Qué hago?" Al momento, trató de generar el suficiente silencio como para lograr ahuyentar a su indeseable visitante.
Y como si el destino quisiese que lo encontraran en tan penosa situación, Feliciano abre el cubículo donde Ludwig trataba de mantenerse escondido.
- ¿Ludo?
- Agh-ah... Este...
- ¿No deberías estar acompañando a la señorita Erika?
- Eh... Pues...
- ¡Ludo! - El de cabello cobrizo se aproximó a tocar con sus dedos el rastro de lágrimas del rubio. - Ludo ¿quieres ir a casa?
"No sé si considerar esto un milagro, pero, siento que este chico está pagándome todas las veces que le he salvado el cuello con esa pregunta".
- Te lo suplico: ¡Sácame de aquí!
"Ludo se puso de pie, como si tuviera resortes, y, prácticamente, me jaló a correr, como si lo persiguiera un asesino. No sé qué pudo pasarle, pero creo que fue algo terrible para él.
Así que, Feliciano: es hora de salvar a este macho".
/ De regreso al baile /
- Se fue sin más... - Vash estaba junto a Erika.
- Sí. Creo que lo he lastimado, hermano.
- No entiendo mucho de estas cosas, pero, si fuiste tú quien le hizo mal, lo mínimo que puedes hacer es disculparte. - La regañó, para variar.
- Tienes razón, hermano. No lo traté como merece. El siempre ha sido sincero y respetuoso conmigo.
- Lo sé. Tiene que arreglar el asunto con él. Pero por lo pronto: vayamos a casa. No tenemos nada más que hacer aquí.
Ella decidió seguir a Vash. De todos modos, la noche se hizo amarga con haberse dado cuenta de que Gilbert y Janica desaparecieron por un buen tiempo de la pista.
Quería la soledad de su habitación para llorar su pena a gusto.
Cuando los chicos Zwingli-Vogel salen del lugar, Lovino decide tomarse un descanso, antes de la última melodía. Es en ese momento que Antonio se acerca y trata de abordarlo.
- Hola, Lovi.
- No me digas así, imbécil (¿quien te crees para andar de confianzudo, bastardo?).
Ese era uno de esos días en los que al chico Vargas no le daba ganas de ser muy grosero.
- Ah, pues, quería que habláramos un rato afuera. Es algo muy importante ¡te lo juro!
- Hasta donde yo sé, no tenemos nada importante de que hablar, PRIMO.
Así es: Antonio, junto a Francis, son parientes de los italianos.
- Ahí lo tienes: somos primos. Podemos hablar de la familia... - Trata de ser simpático y sacarle una sonrisa.
- Ni de broma. Y no me fastidies más. Debo regresar a la orquesta o a Roderich se le torcerán las bolas de no verme.
Cuando retorna a su puesto, Roderich se le acerca.
- ¿Pasó algo, Lovino?
- No ¿por?
- Es que te vi hablando con Fernández Carriedo...
- Ah, si... Solo lo usual. Es un idiota.
- ¿Sólo eso?
- Roderich, hay un baile que animar y no estoy tocando. ¿Me permites, bastardo? - Ante eso, ya no pudo seguir interrogándolo.
"Ay, Antonio... Este chico es tan difícil. Y totalmente heterosexual..."
Y hablando de sexualidad...
- Antonio me las va a pagar... Y se las voy a cobrar con Lovino.
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