![]() |
De: Tumblr |
Este fic utiliza a los personajes "2º Player" de Hetalia, creados por Hidekaz Himaruya, por tanto no son míos. Los nombres de algunos de ellos me los inventé porque el creador no les ha dado un nombre concreto, así que si los veo en otro lado, si reclamaré. La ONU: la conoce todo el mundo; solo hay hechos ficticios y no gano dinero por escribir.
Sólo dejo fluir mi imaginación.
Tengo varios seudónimos en la red y el utilizado para este fic es el que creé para la comunidad hetaliana: AliceIggyKirkland.
Y sin más preámbulos:
Título: TON GARÇON
Personajes: Phillipe: 2p-France; Allen: 2p-USA; Oliver: 2p-UK; Rose: 2p-Nyo-UK
Advertencia: Relato en primera persona. Mención de OCs. Continuación de "My Girl"; si no la han leído, es mejor que lo hagan.
Amiga mía: al fin logré traerlo, como tú hubieses querido. Está demasiado callado... No es lo usual.
Tampoco es lo usual que estés bajo tierra, Rose. Menos que yo sea tu viudo...
Viudo...
Tan pequeña palabra para un estado tan lamentable de la existencia terrenal.
Un estado certificado de la soledad provocada por la ausencia de vida.
Hablando de vida: ¿Cómo fue tu vida?
Sé, por Oliver, que apareciste de la nada, en el bosque, huyendo de las alucinaciones provocadas por las hadas (¡Claro, hadas!) en las que te iban a descuartizar. Quizá estaban prediciendo tu final.
Junto a Oliver, criaste a todas sus colonias, pero hubo una a la que pusiste especial empeño: 'Treize Colonies'.
Te esmeraste tanto para que aceptara al esquizofrénico de tu 'frère' y que los amara... Que te amara...
- Phil, corazón ¿por qué nos quieres alejar de mi niño?
Lloraste a mis pies pidiendo que le quitara el apoyo militar a Allen. Casi me convences, lo admito. Pero, me pudo más el desprecio hacia Oliver. Tú no eras tan molesta, sólo que eres también 'Angleterre'.
Después de su Independencia, aquel acto circense de decirle cuánto lo querías se volvió un ritual. Y se agravó en la Segunda Guerra Mundial. 'Dieu!' No sé que era peor: tu voz chillona, tus ojos desorbitados por la "medicación" que tomabas o cómo te insultaba Allen.
Tu poco auto-respeto era deprimente.
Luego, durante la Guerra Fría, viste la Luz. Noté cómo ibas cambiando. Un cambio positivo, aún para alguien emparentado con Kirkland.
Para cuando cayó el Muro de Berlín, eras otra persona.
Me visitaste en Paris. Sin Oliver. Tenías un asunto que tratar conmigo:
- Phillipe Bonnefoy, quiero emprender el mayor proyecto de toda mi larga vida. - Te brillaban los ojos.
- No. - Temí que fuera exterminar a USA y a Rusia por los últimos desastres ocurridos. Con el visto bueno del loco de su hermano.
- Deja que te explique... - Decidí que era mejor saber de que se trata, a ver si era una estupidez y la lograba impedir.
- ¿Necesitas dinero? - Era lo usual con ellos... Con todas las naciones.
- No, a menos que creas que lo amerite.
- ¿Energía? ¿Fuerza militar?
- Sólo se necesita dos personas. Y ya estoy yo.
- [Pensando] No parece algo de carácter oficial... Te escucho.
- ¡QUIERO SER MAMA!
No lo demostré, pero entré en pánico. Entendí para qué me quería.
Me entregó una investigación detallada sobre "los de nuestra especie", exámenes médicos y otra documentación, para respaldar su decisión. Al ser nuestra historia bastante estrecha, veía factible que yo sea el "donante".
- No te preocupes de nada. Oli esta en proceso de rehabilitación y él quiere ayudarme a criar a mi bebé. - Lo dijiste con una gran sonrisa.
- Yo... - Busqué, insistentemente, que tu rostro me dijera que era una broma. Pero no fue así. - Está bien.
- ¡MUCHAS GRACIAS, PHIL! - Me abrazaste con fuerza.
Realmente querías tener un hijo... Querías hacer ese algo que hacía único a tu cuerpo.
No te imaginas lo es recordar esa conversación y luego ver tu nombre en piedra.
No tengo palabras para expresar el asco que me provocó ver tus brazos, piernas y partes de tu torso, colgados como si se tratase de ropa recién lavada en un día soleado. Lo peor de ese escenario fue ver tu adorado jardín pintado de rojo por tus vísceras, sirviendo de abono.
Jamás olvidaré la palidez que tenía el rostro de Allen, cuando llegó a nuestra casa, con tu cabeza.
Sin embargo, eso ya no tiene importancia...
Prefiero recordar a la buena mujer que estuvo al cuidado de mi hija durante veinte años. Esa mujer que se mantuvo limpia, en tantos niveles, para darle sentido a la vida de Oliver. Debo admitir que la moderación de ese idiota ha sido una constante sorpresa. Además, ambos siempre fueron buenos con los niños. Los niños, normalmente, eran los que no sabían apreciar eso.
En fin, si hay algo por lo que debo pedirte perdón y por lo cual podría matarme Allen, es por James...
Su hijo.
Tuyo y de él. No mío.
Yo dije que sería donante, pero eso no le gustó nada a ese imbécil. Así que fuimos los dos al banco de esperma; cuando él me entregó su muestra, quité la etiqueta con su nombre y puse otra, con el mío. Pedí, discretamente, fertilizar la mitad de tus óvulos con su semilla.
Cuando te hicieron la amniocentesis, pedí analizar mi ADN... Sólo Rose es mía.
Tristemente, James debía apellidarse Jones.
El que me dieras tantas libertades con respecto a tu embarazo, facilitó mucho el convencer al personal médico. Tú querías ocuparte solamente de estar lo más saludable posible y yo organizaría tu calendario.
Sentí lástima de Allen cuando decidiste dejarlo fuera de nuestra boda. Si él hubiese sabido lo del niño...
Si hubiese sabido que el bebé muerto que te hace compañía en este cementerio era su hijo...
Mejor dejo de pensar en ello.
- James Alexandre Bonnefoy Kirkland.
No puedo ser más desgraciado... Leyó el epitafio del niño. Lo habrá hecho por eso de que ¿la sangre llama?
Lo más triste de su muerte fue que nunca abrió los ojos. ¿Heredó tus ojos? ¿O los de él?
Es una duda que cargaré, mientras viva. Si tú moriste ¿cuándo será mi hora? ¿Cuándo, para los demás?
El punto es que no soporto verte aquí. Siento que me asfixio en preguntas que nadie va a contestar.
- De todas las personas... ¿Tenías que ser tú? Tenías que ser tú...
Ha tocado tu epitafio. No creo que esté llorando pero algo de sentimiento debe pasar por él.
- Allen, voy al auto. - No dice nada y prefiero que sea así. Tengo mucho que lidiar conmigo.
Prendo un cigarrillo para no sucumbir a la tentación de salir corriendo. Los recuerdos y secretos que cargo me agobian bastante. Sé que algún día, esto me va a rebasar.
Y puede ocurrir hoy.
Así que huyo de él en lo que me controlo.
Necesito tomar distancia porque es probable que le escupa a la cara un "ce étrait ton fils", "ce étrait ton garçon".
Comments